Venga, pilluelos, ahora me vais a decir que nunca en vuestra vida os habéis imaginado una noche tórrida con Kim Kardashian a la luz de las velas y con una buena botella de vino, lo suficientemente buena como para que no se note que ella solo abre la boca para decir chorrada tras chorrada mientras intentáis no despegar la vista de sus ojos color… color… ¿de qué color tiene los ojos Kim Kardashian? Os diría que también os lo habéis montado imaginado con Lady Gaga, pero aquí creo que, sexualmente hablando, la rubia tiene un grupo de fans más pequeño sin contar a los incansables groupies, así que mejor hablamos de sexo tórrido con la Kardashian, que seguro que acierto.
Y no lo sé, son sólo suposiciones mías, pero igual hemos llegado al punto en el que uno/a de vosotros ha estado a punto de comprarse una muñeca hinchable en la tele-tienda de esas que sin llamarse ‘Lady Gaga se lo gaga todo’ o ‘Kimkinea con la Kardashian’, tiene un extraño y a la vez placentero parecido con alguna de estas dos damas. Pues si estuvisteis a punto, y no lo hicisteis, sois unos pringados, porque ahora va a ser prácticamente imposible que os hagáis con una. Eso os pasa por no ser un poco más espabilados.
Pipedream Products, que así es como se llama la empresa que se dedica a satisfacer los celebritie-gustos de los más viciosetes, había sacado al mercado dos muñecas bajo el nombre de ‘Kinky Kim Love Doll’ y ‘Lady Gag Gag Love Doll’. Y claro, estas dos pájaras al ver que su boca se utilizaba para fines lúdicos algo verdes, se han puesto echas unas fieras y han denunciado a la empresa, no por cochina, sino por usar sus imágenes para que otros… se lo pasen bien con las dos (y encima ellas no lo disfrutan), a lo que la empresa, echándole dos de los que hay que tener, ha dicho muy digna que:
“El parecido entre la muñeca Kinky Kim y la señorita Kardashian es pura coincidencia”
Pero bueno ¿esto qué es? ¿Que se creen, que yo me chupo el dedo? ¿Que soy más tonto que Snoopy y mira que el chucho dormía encima de una caseta? Hombre, por dios, que el parecido no solo salta a la vista al ver las pelucas de las muñecas, sino que además ni se han molestado en cambiarles el nombre y llamarlas Hortensia y Josefina (que así dicho de paso, como que queda todo más de andar por casa).
Así que la una como la otra, muy dignas y sin perder los tacones, le han dicho a la empresa que una de dos: o paran con la producción de la muñeca o demandan a la empresa por infringir los derechos de imagen (y menuda imagen) de las dos artistas. Así que ya sabéis, si queréis temita con alguna de las dos, nos mandáis un correo y nosotros os ponemos en contacto con ellas, porque aunque sea de silicona, no las vais a ver ni en pintura.
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