El final, del verano, llegó, y tú partiraaaaaás…
La verdad es que de final de verano tiene poco, ya que lleva seis meses de vacaciones y a penas hemos comenzado el mes de julio. Como ya sabéis, siempre a contracorriente. Y es que Amy Winehouse ha vuelto a su casa londinense.
Sí, la cantante deja la isla de Santa Lucía por fin con su paz habitual para volver a la cruda realidad del viejo continente. Eso sí, como no podía ser menos, pues Amy está muy apenada, así que no pudo menos que romper a llorar en el aeropuerto. Claro, imaginaos si el resto de los mortales tenemos el síndrome post vacacional después de quince días fuera de casa, imaginaos después de seis meses sin hincarla en la playa. Yo estaría envuelta en un mar de lágrimas y agarrada cual koala a un controlador aereo para no subir a ese avión.
La parte buena de todo esto es que a Wino se la ve mucho más recuperada y en mejor forma que la última vez. Vamos que hasta parece ya una persona normal y hasta saludable.
Claro que como siempre pasa, toda cara tiene su cruz y quizá una de las razones por las que tenemos de nuevo por Europa a la chica es porque no le concedieron la ciudadanía de la isla tras su comportamiento tan habitual de liarla parda cada vez que se terciaba, como por ejemplo con el caso de los perros. Por esa regla de tres, de Inglaterra tenía que haber desetado hace tiempo, pero bueno, como la nacionalidad de origen no se puede perder (al menos en la mayoría de los países del entorno)...
Sea como fuere el huracán Amy Winehouse vuelve a casa y esperemos que con ganas de trabajar, grabar un nuevo álbum y mantenerse al margen de fiestas, fiestorros y demás celebraciones, aunque hay que reconocer que daban su juego…
Via | Daily Mail
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