Creo que el caso de Amy Winehouse está pasando ya de castaño a oscuro. Lo que antes podía ser gracioso y comentado a modo de anécdota graciosa, ahora se ha convertido en un problema tan real como la vida misma: la gente está empezando a cansarse de ella.
Amy Winehouse ha pedido un visado de trabajo a la embajada estadounidense para viajar a Estados Unidos a tiempo para participar en un importante festival: el de Coachella, en California, en el que van a tocar Paul McCartney y The Killers, entre otros. Pero al parecer éste se lo ha denegado debido a los cargos que se han presentado contra ella con motivo de su agresión tras un incidente en una fiesta en Berkeley Square de Londres el año pasado.
Y no es la primera vez que le sucede, ya que anteriormente la cantante tuvo problemas para obtener el visado (el año pasado) por los Grammy. En la ceremonia de entrega en Los Ángeles tuvo que actuar desde Reino Unido vía satélite, porque estaba en medio de un tratamiento de rehabilitación y sumándole el hecho de que tuvo problemas en obtener un visado de trabajo estadounidense como ha ocurrido esta vez. Y es que la gente cada vez se fía menos de esta cantante, y a modo de escarmiento, se le están empezando a cerrar cada vez más y más puertas.
Ella verá si de verdad le compensa salir en todos los medios de comunicación y beneficiarse de los escándalos que, a su manera, parece que para ella solo se trata de mero divertimento además de una fuente de publicidad gratuita muy poderosa, porque ya me diréis que semana es la que Amy no aparece en portada de alguna revista, o que ser sobre la faz de la tierra no ha oído hablar, si dispone de medios de comunicación a su alcance, alguna vez sobre ella.
Es muy triste Amy, muy triste, y creo que cada vez tu carrera se ve más ennegrecida por este tipo de acontecimientos. Llegará el día en el que te des cuenta pero, me da, que para entonces, ya será demasiado tarde...
Vía | 20 minutos
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