Buenas noches, ángel mío, duerme bien
Sin duda alguna, la historia de Amy Winehouse nos ha dejado a todos en mayor o menor medida un poco tocados, de eso no cabe duda. Era algo que tarde o temprano tenía que suceder aunque quizás a sus 27 años ha sido algo que pocos esperábamos tan de sopetón. Sea como sea y al margen de su vida personal, que ahora trataremos, se nos ha ido una grande del soul, una de las mejores voces del panorama internacional del Pop y sin duda una rebelde sin causa que ha pasado a engrosar la lista de las celebrities que mueren jóvenes cuando aun les queda algo de dignidad en vida.
Y sí, no nos engañemos esto se vía venir de lejos, que una persona que se gastaba más de 600 euros en alcohol y drogas cuando la necesidad apremiaba no tiene a sus espaldas un futuro muy prometedor en esta nuestra vida. Efectivamente, te echaremos de menos en Poprosa Amy: este post va por ti
La culpa será de quien quiera que sea: Blake Fielder-Civil, su ex marido, que sin duda fue uno de los grandes desencadenantes de que el vicio por esnifar hasta las rayas de los azulejos se le fuera de las manos (aunque Amy Winehouse ya traía tras de sí una larga trayectoria de incidentes con el alcohol y las drogas que poco tuvieron que ver con Blake), los propios centro de desintoxicación en los cuales, según el propio padre de Amy Winehouse:
Si usted no tiene con qué pagarse un tratamiento en una clínica privada, hay una lista de espera de dos años para aquellos que necesitan ayuda
De ahí que haya prometido durante su funeral que piensa crear una fundación para ayudar a los farmacodependientes. Sea como sea, dudo que estos centros tengan algo de culpa en todo este asunto porque según los últimos datos, la fortuna de Amy asciende a los 25 millones de libras, dinero más que suficiente para comprarse si quiere todo un centro para ella sola y su adición (que todo sea dicho, es dinero del cual Blake no va a tocar ni un céntimo porque quedó fuera del testamento tras su divorcio en 2009 aunque no deja de reclamara regalías y beneficios por el segundo y último material discográfico de Amy, Back to Black)
Resulta curioso que todavía no se sabe bien la muerte (o no quieren decirnos nada) de Amy Winehouse, porque mientras todos esperábamos que el informe toxicológico diera positivo por todos lados, según las autoridades eso no es así. No hay signos de violencia y mucho menos de forcejeo. Parece que el alma de la cantante se ha desvanecido sin más bajo los rumores de anorexia y bulimia que no hacen sino acrecentar la leyenda más aun por mucho que Lady Gaga se empeñe en que trabajemos porque no se extinga su legado.
Ayer fueron los tres entierros de Amy: Una despedida íntima y dolorosa en el interior del crematorio de Golders Green, el barrio de Londres que la vio nacer junto a Mitch, Janis y Alex Winehouse, padres y hermano de Amy, un segundo a manos de los fans que quisieron convertirla en la nueva Jimi Hendrix, Janis Joplin o Kurt Cobain y un tercer y último homenaje que tuvo lugar a las puertas de su casa y se lo dio un grupo de fans que guardó vigilia.
Como no podía ser de otra forma, la controversia y la polémica ha rodeado al funeral como lo hizo durante la vida de Amy (ni muerta la dejan en paz…). La primera de ellas a manos de sus guardaespaldas, que con mucho tacto no dudaron en posar en una foto con las cenizas de la cantante y colgar la foto en Internet…
... y la otra a manos del comediante y brasileño Daniel Zukerman, conocido en su país por ser el “impostor” del programa Pánico, acompañado por el humorista André Machado, los cuales aprovechando todo el follón que había en el funeral se colaron como ya hicieron en el del cantante Michael Jackson sin respeto ni paz para la familia. En fin, que en todos lados tienen que dar la nota y el funeral de Amy Winehouse no iba a ser distinto.
En Poprosa | Hasta siempre Amy Winehouse
Fotos | gbshots, prachatai, centralasian, globovision
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