Cuando pensamos en nuestras celebrities favoritas, desde luego no las imaginamos en según qué situaciones. Y Katy Perry se acaba de encargar de cepillarse definitivamente cualquier tipo de fantasía idílica que tuviéramos sobre ella. Porque sí, cada vez que sale a escena es la reina del cotarro, divinérrima con esos pelucones de colores que se nos calza. Pero lo que hay detrás de las bambalinas… Ay, amigos, eso ninguno nos esperábamos que fuera tan poco glamouroso.
La pobre Katy nos ha descubierto que, detrás de toda esa parafernalia, brillo y colorín que hay en todos sus conciertos, hay una situación bastante menos atractiva. Y es que cuando estás a punto de salir a escena, con todo el aparataje de sus vestidos y modelitos, no hay tiempo para ir al baño. Así que toca dejar la dignidad en casa y, como lo vais a leer, mear en un cubo.
Sales al escenario sintiéndote como Mary Poppins, pero en realidad te acaban de encorsertar, has meado en un cubo y has estado teniendo nauseas encima de una papelera.
Súper glamouroso, ¿verdad, poproseros? Y es que parece que los nervios no te abandonan aunque seas una fiera del escenario. Y Katy tiene claro que de momento se lo pasa teta con su trabajo – ¡como para no! -, pero sabe muy bien, tal y como ella misma dice, que no puede ser la reina de la gominola toda la vida. Y que cuando se aburra, lo dejará. Pero parece que hasta ahora, lo de mear en el cubo todavía no ha hecho mella.
Vía | Digital Spy
Foto | Facebook oficial de Katy Perry
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