Pobre Katy Perry. No levanta cabeza la chica, y es que su divorcio de Russell Brand la ha dejado tiritando. Mucha cancioncilla tirándole indirectas muy directas y todo lo que queráis, pero en seis meses está claro que una no estar como si nada. Y al final, el asunto le ha pasado factura. Hasta el punto de que se ha decidido por un buen retiro monacal para recuperarse del mal de amores. ¡A ver lo que le dura!
En una entrevista reciente, Katy ha confesado que se le ha ido de las manos y que anda de bajona por todo este rollo. Y como no ve otra manera de salir adelante, ha decidido retirarse de la música durante un tiempo, para poder ocuparse de sí misma en condiciones y volver con más ganas que nunca.
No es de extrañar que quiera dedicarse a la contemplación durante unos cuantos meses, después del jaleo que ha tenido desde que sacara su último disco, Teenage Dream. Es más, se rumorea que tanto andar de aquí para allá fue una de las causas de la ruptura, y ella no creáis que lo termina de negar.
Para una mujer moderna, es importante sentirse apoyada y que haya igualdad en todos los aspectos.
Vamos, que no vale que Russell anduviera dando más vueltas que una peonza y Katy intentara estar a su lado si cuando es a la inversa no pasa igual. No sé qué pensaréis vosotros, poproseros, pero a mí el amigo Brand siempre me ha parecido que tiene una pinta de merluzo de tres pares.
Vía | Mr. Paparazzi
Foto | Facebook oficial de Katy Perry
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