Si se jubilan los deportistas y los humildes trabajadores, evidentemente también se jubilan las supermodelos, aunque sepamos a ciencia cierta que están estupendas para seguir. Gisele Bündchen se bajó de la pasarela y ya nada volverá a ser igual y lo sabemos. ¿A esto se le llama colgar los tacones? Aunque seguros estamos que no se irá a su casa a hacer mermeladas.
Desde luego nerviosa no se la veía antes de su última salida a pasarela. Lugar elegido, la Semana de la Moda de São Paulo y el desfile el de Colcci, con la que Gisele lleva colaborando desde hace más de 10 años. No se podía imaginar mejor manera de terminar una carrera que empezó en 1994 con apenas 14 años. Es que recordemos que después de Pelé ella es lo más famoso que ha parido Brasil (no me vale Xuxa, no lo intentéis) así que hasta lágrimas hubo.
Por supuesto tuvo el homenaje de todas sus compañeras de pasarela, que salieron con camisetas con su cara y la aplaudieron a rabiar. Ella desde luego les ha abierto el camino y les ha demostrado que con trabajo duro se puede llegar muy muy lejos.
Felicidades Amor de mi Vida. Tu me inspiras cada día para ser una mejor persona. Estoy tan orgulloso de ti y de todo lo que has conseguido en la pasarela. Nunca he conocido a nadie con más ansias de éxito y determinación para superar cualquier obstáculo en el camino. Nunca dejas de sorprenderme. Nadie ama la vida más que tú y tu belleza va más allá de lo que el ojo puede ver. No puedo esperar a ver qué es lo que sigue. Te amo. #lamásgrandedetodoslostiempos #lomejorestáporllegar
Pero claro, Gisele sólo tenía ojos para su Tom Brady que estaba en primera fila entre emocionado y triste, con el orgullo de marido subido y que le dejó en su Facebook estas bonitas palabras. Ay, si es que hasta en esto son perfectos. Y como decía la camiseta de ella, lo mejor está por llegar.
Vía | Instagram Gisele Bundchen y Facebook Tom Brady
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