Olivia Wilde debería ser nombrada peligro público con esos trajes mojados que se me pone

Desde que Olivia Wilde fuera nombrada por la revista Maxim como el máximo pibón que pone los pies sobre la faz de la tierra en el 2009, los contratos para posar en revistas de la talla de Vogue, Harper’s Bazaar o Vanity Fair, así como colaboraciones para firmas de moda, de joyería o hasta de tomate frito si me apuráis, no le han dejado de llover. Como decía Juan Luis Guerra, a unos les llueve café en el campo y a otros contratos. Yo, sinceramente y con esto de que ya tengo confianza con vosotros, a estas alturas del cuento prefiero que me lluevan contratos no es por nada…

Pues eso mismo es lo que le pasa a Olivia Wilde, que el ser guapa le abre las puertas a todo lo que se proponga, aunque ella, como buena chica que es y dama muy educada, también nos abre las puertas de su vida más personal e íntima que os recuerdo que hace poco pudimos verla con su marido metida en la cama y fue de ella precisamente la idea, no es que tuvieran un paparazzi metido en el armario que se dedicó a hacerles un book artístico mientras dormían.

La revista Vanity Fair ha querido sacarla con su mejor pose en un reportaje en el que la modelo posa con prendas de distintas firmas de alta costura (algunas mojadas, otras húmedas... pero hay que ver que suerte tiene que se mete en el agua y no se le corre el maquillaje, oiga usted) y además aprovecha para hablar un poco de ‘Cowboys & Aliens’, su último y esperado trabajo que auguran que puede ser el salto definitivo al mundo del cine desde que la empezamos a conocer como la portentosa doctora (menudo sueños erótico) de la serie ‘House’. Ella está feliz como una perdiz y dice que lo que más ilusión le hace es no tener que interpretar a una mujer que sufre, sino a una luchadora y exitosa mujer.

Como dato curioso y a pesar de que medio mundo lo confirma, incluida la revista Maxim, ella dice que no comprende porque le consideran sexy si se ve muy normalita. Ya… hay que ver lo modestos que nos ponemos cuando nos comen la oreja ¿eh? ¿Llegará el día en que nos encontremos a una de estas que admitan por fin: pues sí, leches, estoy buena y encima se me reconocer como tiene que ser’? Espero estar vivo para poder verlo…

Fotos | Vanity Fair
Vía | Radar online