Así, sin andarnos sin rodeos, a Miranda Kerr le han crecido los pechos (las bubis, las mamellas… como queráis llamarlas) una barbaridad de aquí a unos meses. Y no, no le ha dado al bisturí que ya os veo venir como locos a criticarla: ¡Ala, para que te operas, insensata! Que no, que no me os precipitéis que todo ha sido muy natural y sano, que el único que ha tenido que ver aquí en que le aumenten los pechos ha sido su señor esposo Orlando Bloom y en mayor medida su hijo Flynn.
Y es que desde que diera a luz al pequeño Flynn el pasado mes de enero, el angelito de Victoria’s Secret ha experimentado un incremento de sus senos sin precedentes. Vamos, que estamos todos frotándonos las manos a ver si siguen creciendo porque mira que Miranda Kerr es guapa, pero guapa, guapa y sin embargo había algo que le fallaba y eso eran los pechos, que parecía una nadadora cada vez que salía a desfilar: nada por delante y poco por detrás. Pero eso ha cambiado radicalmente desde hace unos cuantos meses.
Mis senos están más grandes y me encantan. Me siento más mujer. Siempre he querido tener el pecho grande, y ésta es una buena razón para tenerlos así
Y es que claro, una da a luz y con eso de que tiene que amamantar, que se le disparan las hormonas y que el niño no para de sobarlas (esto último ni que decir que no tiene nada que ver para que cojan dos tallas así a la ligera) pues ella tan feliz de que por fin pudiera lucir un pecho como ella quería. Y encima se ha librado por un lado de las críticas de lo anti-quirúrgicos y por otro lado se ha llevado de calle a todos los que estamos encantados con cómo lleva su maternidad. Vamos, una jugada maestra y sin haberlo planeado, quien lo diría…
Foto | Gtres
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