Creo que Lindsay Lohan no se va a poder quitar en su vida el San Benito de la polémica. La culpa la tiene ella pero en parte también lo tienen los comerciales porque saben que todo lo que venga de manos de ella, se vende, y si encima se le rodea de un ambiente propenso para que la prensa la critique o saque punta, las visitas se multiplican por diez con el consiguiente aumento en las ventas como es este caso. Vamos, que en pocas palabras, se aprovechan de que a Lindsay no le importa que se hable de ella.
Yo pensaba que a raíz de todo esto de la cárcel lo iba a tener un poco difícil para encontrar trabajo o para que las firmas para las que antes trabajaba volvieran a fijarse en ella y recobrar su confianza, pero parece ser que en materia de dinero lo que importa es vender por encima de todo sin preocuparse de si su imagen daña o favorece a la empresa. Por eso, Marc Ecko ha decidido continuar con el proyecto que tenía entre manos con ella sin ningún tipo de reparo.
Y por ningún tipo de reparo me refiero a que en la portada y en el resto del reportaje fotográfico, Lindsay vuelve a enseñar carnaza, vistiendo bastante ligerita de ropa y levantándose el top (casi se le ven los pechos) y la falda siempre que le guión lo exija. Que sí, que no tiene porque pasar nada pero estoy seguro que su abogado (si es que sigue hablándose con ella) le habrá recomendado que por un tiempo intente pasar desapercibida, no llamar la atención y mucho menos ser la comidilla de los medios. Justamente lo que significa esta portada, ¿verdad?
La campaña del diseñador neoyorkino comenzará el próximo mes de septiembre. Como novedad de esta campaña, en los anuncios aparecerán unos códigos que deberán insertarse en una página web para acceder a más contenidos, pudiendo interactuar con una imagen holográfica de la propia Lindsay Lohan.
Vía | Ambiente G
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