Cada vez lo tengo más claro. Los directores creativos de las revistas de moda y, por ende, de lifestyle y demás ramas similares, se aburren un mazo, que dirían en mi pueblo. Y no es que lo acabe de deducir hoy, justo después de analizar al detalle esta portada. Para nada, era una idea que rondaba esta cabecita desde hace tiempo.
Que sí, que me podéis llamar exagerado y todo lo que queráis, pero es que hay algunas publicaciones que se pasan de modernas. Mientras tanto, otras cabeceras por su parte, en un intento (casi siempre fallido) de modernidad, pecan de ridículas. El caso es que, una chica mona, que fotografía de maravilla, véase Emma Stone, puede aparecer en una portada al más puro estilo mamarracha, y todo en un visto y no visto.
Y es que, gracias a un buen, mal, terrorífico y nefasto equipo de estilismo y sus secuaces, se pueden conseguir imágenes tan, tan, tan… no tengo palabras para describirlo. También lo reconozco, Emma sale cuca la pongas como la pongas, la cámara la quiere y eso salta a la vista. Pero, no me digáis que no, en este número de la revista ‘W’ parece una indigente. O mejor, una groupie después de haber empalmado cuatro festivales seguidos. O sea, directamente, una destartalada. Aunque pensándolo bien, seguramente sea una mix de todas las posibilidades citadas, y alguna más que me olvido.
Lo peor, ese sujetador que es feo, no, lo siguiente. A ver, este tipo de sostenes – recordemos los picudos by Gaultier para Madonna – sólo quedan bien a algunas y ni con ésas. En definitiva, porque la chica tiene novio y está bien avenida, que de otro modo, con portadas como ésta no se comía un colín.
Sitio Oficial | W Magazine
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