Doña Letizia es una mujer preocupada por su imagen. Procura estar siempre perfecta, y para conseguirlo, no ha tenido más remedio que someterse a la dictadura de la dieta. A nadie le gusta privarse de un buen trozo de tarta o de unos cuantos gin tonics con amigos, pero la Leti se siente obligada a ello. Mide su alimentación al centímetro, y lo cierto es que luce un tipín de infarto.
Que la esposa de Felipe VI está como un queso es evidente, pero no es tarea fácil mantener ese cuerpazo. Según la revista CLARA, doña Leti estaría siguiendo la dieta Perricone, basada en comer alimentos ricos en antoxidantes y proteínas de alta caidad. Y no, no es necesario hincharse a batidos proteicos como acostumbran a hacer Matamoros y su chica.
En el día a día de la reina, están muy presentes las frutas, las verduras, los frutos secos y la legumbre. Por supuesto, el alcohol, los fosquitos y los snacks de bolsa están terminantemente prohibidos. Ni hablar de chuches, pan de supermercado, mortadela barata ni galletas Oreo. Todo eso es veneno, y Letizia lo tiene interiorizado.
En un día normal, la reina hace tres comidas principales y dos picoteos. Según la dieta Perricone, en cada de una de las comidas debe incluirse carne o pescado, y en el desayuno, lo más conveniente es tomar una tortilla de tres claras acompañada por un té verde. A media mañana o para merendar, kéfir o fruta fresca.
En cuanto a la cena, Letizia no es de las que se toma un baso de leche y se acuesta. Y si lo hiciera, lo haría con bebida vegetal. Pero no, ella se alimenta y lo hace de la manera más sana: suele comer salmón, un pescado muy beneficioso para el cutis que también puede sustituirse por trucha, caballa o sardinas.
Fotos - Gtres