Es tradición y en un acto de mala leche hacia el resto de mortales con orejeras, abrigos de plumas y sabañones en las dedos, porque la nieve y el hielo son preciosos cuando uno está en casa al calor de la chimenea... pero cuando va camino del trabajo a las 7 de la mañana, creedme que hace la misma gracia que pisar un excremento de chucho y no darte cuenta hasta que te montas en el coche. El mismo.
Nosotros porque le tenemos mucho cariño a Gisele Bündchen y sabemos que no lo hace con maldad, que si no me ponía a tirar del pelo y me quedaba solo. El caso es que ya se está preparando para las navidades y se ha ido a Costa Rica para ponerse a tono y empezar a comprar pescados y mariscos con los que deleitar a la familia. Y entre comprar y compra, no viene nada mal irse a la playa a relajarse un poco.
Por eso se ha llevado a Benjamin, su peque de cuatro años, a practicar yoga a una playa de Costa Rica en un escenario que desde luego es de lo más apropiado para trabajar el cuerpo y la mente. Y como ella es muy de complacer a sus fans y de mostrarles su día a día (y de paso escuchar unos cuantos halagos sobre el cuerpazo que se gasta), las comparte en Instagram para alegría y regocijo (junto con envidia de la buena) de todos los que la seguimos.
Vía y Foto | Gisele Bündchen en Instagram En Poprosa | Gisele Bündchen: mami antes que nada En Poprosa | Yo de mayor quiero ser como Gisele Bündchen
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