- ¿Vicky? Oye, perri, ¿vas a ir al sarao de esta noche?
– Sí, ¿y tú, churrimurri?
– Pues también, osea… Pero es que estoy perdidísima en mi mega super armario…
– Ois, pues no te pongas el modelín rojo de Dior que esta noche me toca a mí.
– ¿Perdona, cómo dices? ¡Los días pares tengo yo la custodia! ¡Osea!
Algo así deben de ser las conversaciones entre Victoria Beckham y su BFF, es decir, su super mejor amiga para siempre jamás, Katie Holmes. Porque no os lo perdáis, estas dos mujeres de pelo en pecho – ehm… -, con los treinta añitos más que superados, hacen lo mismo que hacíamos nosotras cuando teníamos quince años.
¿O no os acordáis de cómo nos colgábamos del teléfono durante horas para ver qué nos íbamos a poner para salir esa tarde? Pues estas dos, que de pipiolas tienen ya más bien poco, se llaman para ver qué van a ponerse para la fiestuqui correspondiente. Pero la guinda la pone Vicky, que muy apañada ella, no se le caen los anillos por recomendarle a Katie que se ponga uno de los trapitos de la colección que diseña la propia Beckham. Más te vale que al menos le hagas precio, pedorra.
Ay, pero es que lo peor de todo es que Katie le haga caso… Desde que se ha casado con Tom Cruise y ha entrado en ese siniestro nido de víboras donde no se aventuraría ni Macgyver con dos clips y un chicle usado, está de un repollo total. Con lo sanota que parecía esta chica… ¡A buen árbol te has ido a arrimar!
Vía | People
Foto | Victoria B, Katie Holmes
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