No sé si a vosotros también os pasa, pero cada vez que el estrés llama a mi puerta, lo siguiente que hago es asaltar el frigorífico. Pero parece que también es habitual justo todo lo contrario. Que se lo digan a la pobre Emma Stone, una de las actrices que más se están rifando últimamente, y que más críticas se ha llevado por la cantidad de kilos que ha perdido en cuestión de meses.
A nivel familiar, Emma ha estado pasando por una época bastante chunga que le ha hecho adelgazar una barbaridad, hasta el punto de hacer que salten algunas alarmas en los medios. Sin embargo, ella ha aclarado que el estrés hace que le resulte muy difícil mantenerse en su peso óptimo. Y que sus genes, desde hace un tiempo, le han marcado un metabolismo mucho más activo.
Mantenerme en mi peso es una lucha para mí, sobre todo si estoy bajo estrés, y especialmente según han pasado los años. Es la forma en la que mis genes han decidido evolucionar, y las cosas cambian con el tiempo, como todo. Así que cuando se hacen afirmaciones totalmente falsas sobre mí o mi salud, por supuesto que parte de mí quiere defenderse.
Es cierto que a veces, ver a Emma en una alfombra roja da un poco de miedo. Tiene esos bracitos ultra delgados que le dan un aire un poco enfermizo. Pero me imagino que estar así por temas personales y que encima tu cuerpo no gane peso con facilidad es un problema como otro cualquiera. Y ella lidia con ello como buenamente puede.
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