Ay, poproseros, pocas cosas son tan espeluznantes para una jovenzuela como que te confundan con una señorona de 56 añazos... Pues es exactamente lo que le ha pasado a Lindsay Lohan, en uno de los saraos que se organizan en la New York Fashion Week. Yo este año no he ido... ehm... por las fechas, sí, las fechas. Malísimas.
El caso es que el personal andaba de chufla y cachondeo, champán en mano, revoloteando como se suele hacer en estas fiestas, cuando en la sala apareció una mujer de escasa consistencia física, con unas gafas de tamaño XXXXXL y un morramen recauchutado cual rueda Michelín. Y los allí reunidos dijeron: ¡¡Tate, Donatella Versace!!
Pues de eso nada, monada. El esqueletillo relleno de bótox, silicona y demás potingues era ni más ni menos que Lindsay Lohan. No sabemos si llegó a sus orejos el murmullo de sorpresa - y el por qué de ésta -, pero de ser así sería para echar fuego por los ojos. Aunque claro, es a lo que te expones cuando te estiras, te retocas, te rellenas y te das de llana como Donatella. ¡Si hasta comparten el tinte requemado tono agua oxigenada!
Vía | Popcrunch Foto | Lindsay Web, david_shankbone
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