Principalmente yo no lo haría porque me gustaría que mis hijos contaran con un nombre algo más original y no tuvieran que ser conocidos como los niños que se llaman igual que... eso en primer lugar. Y en segundo porque me parece una estupidez tremenda tener que llamar a alguien por un nombre porque está de moda y aparece mucho en la televisión. Así de claro.
Pero parece ser que a los americanos les da un poco igual y sí que son bastantes propensos a poner a sus hijos (no todos, por supuesto) el nombre de la modelo, actriz, o personaje que en ese momento está más de moda. Porque para que devanarse los sesos pensando cómo llamarle si ya nos lo dan hecho...
Así, según la página web nameberry.com entre los nombres más populares de este año se encuentran el de Khloe, por la actriz y participante de reality shows Khloe Kardashian. Y son cada vez nombres de bebés como Marley, tras el estreno en EE UU de la película Marley & Me con Owen Wilson y Jennifer Aniston o Miley (adivinad por quién...)
Pero como no podía ser de esta forma, este año los principales acaparadores en las listas del registro civil han sido los protagonistas de Crepúsculo que cuando os dijimos que se acabarían metiendo de una manera asombrosa en nuestras vidas seguro que no habíais contemplado la posibilidad de que el nombre de Edward Cullen exista de verdad.
Edward, Cullen, Bella o Esme son algunos de los nombres más demandados y usados a la hora de dar nombre a los hijos. Pero también contamos con más nombres fuera del ámbito televisivo como por ejemplo Rihanna, Malia, el nombre de la hija mayor del presidente Obama, Kingston, que es el nombre del hijo de Gwen Stefani, Milo el hijo de Liv Tyler, River, el de Keri Russell) o incluso Kobe, por el jugador de baloncesto Kobe Bryant.
En fin, que yo a mis hijos creo que optaré por sentarme en una mesa a debatirlo antes que encender la televisión e inspirarme, no sea que nada más encenderla me aparezca cualquier programa de prensa rosa y opte por llamar a mi hija Ana Rosa, Belén o Bibiana. Quita, quita...
Vía | 20 minutos
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