¿Os acordáis de aquel Mel Gibson en la piel de William Wallace, que con faldas y a lo loco gritaba eso de Libertad? Pues bien no queda nada de él, algún que otro DVD, no más porque, desde luego, éste Mel Gibson no es aquél o sino ya me diréis vosotros a la vista de tales imágenes, que espero que sólo los que no sufráis ningún tipo de enfermedad coronaria o similar veáis.
El actor se ha paseado por Cannes estos días para presentar ‘El Castor’ y como siempre ha tenido que haber tiempo para todo. Claro que no todo iban a ser buenas caras a los periodistas que se agolpaban a pie de alfombra roja y photocall, que uno se tiene que relajar también, quitarse la camiseta, desabrocharse los pantalones que hace mucho calor ya y disfrutar del solecito en una terraza. Lo que sí que no hacía falta era dejarnos estampas de este pelo que creo que me dejarán secuelas psíquicas y, no descarto, alguna física también. Vaya pose, vaya arte con el cigarrito de medio lado (le ha faltado el de la oreja), vaya barriga cervecera, estilo, vaya dolor de retinas.
Hay que ver, poproseros, cómo se quedan los cuerpos, qué barbaridad, pero es que tanta juerga y tanta malavida, pequeño saltamontes, pasan factura y a ti te la han dado en forma de curva de la ¿felicidad?
Foto | Gtres
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