Cada vez que alguna famosa se nos embaraza por estos lares, terminamos enterándonos de una cantidad terrorífica de antojos de lo más chungo. Beyoncé fue la reina en su día, pero parece que Kim Kardashian la supera… o al menos, es bastante más lista. Porque mientras a una le dio por hacer combinaciones imposibles con la comida, a la otra le ha dado por el brilli-brilli y los diamantes de Cartier. ¡De tonta, ni un pelo!
Si tienes la suerte de que el padre de tu churumbel sea un rapero que convierte en oro todo lo que toca, entonces olvídate de pedirle unas flores o quizá salir a cenar a un sitio coquetuelo. Kanye West se llevó a su chica a Cartier, una de las joyerías más chachis y pijis de cuantas habitan el planeta, y le dio carta blanca para que se diera un par de caprichillos.
Un par… que terminaron siendo unos cuantos más, y la factura de Kim ascendió a la nada despreciable cantidad de 65,000 dólares, casi 50.000 euracos. Y se los fundió en oro, oro, más oro y unos cuantos diamantes para rematar. A mí tanto junto me parece un poco vulgar, la verdad, pero si yo acabara de darme ese lujazo, seguramente también los llevaría todos a la vez.
Vía | US Magazine
Foto | Facebook e Instagram oficial de Kim Kardashian
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