Yo no sé qué tienen estos premios pero siempre se lía y siempre hay polémica alrededor. Sin embargo lo de este año es mucho más surrealista de lo que fuera el año pasado si cabe, bien podía ser el guión de una película, aunque no tengo muy claro si de una comedia o de terror.
Este año la entrega de premios de GQ a los más influyentes del año ha galardonado a Lily Allen como “Mujer del año” ¿Exagerado? Entre muchísimo y más, pero ese no es el tema. La cantante llegó con un modelito gótico que más parecía una Monster que otra cosa, nada que ver con la nueva imagen Chanel que representa.
Sin embargo la nota discordante de este año la puso Kate Moss que fue precisamente la encargada de entregar el premio a la Allen. Pues bien qué decir, por dónde empezar con la que preparó... pues por el principio.
Para empezar la modelo llegó tarde. Sé que algunos famosos son de los que se hacen esperar, pero es que llegó tan tarde que ni siquiera pudo posar en la alfombra de entrada al evento y tuvo que entrar por la puerta de atrás. Vamos que la primera en la frente.
Luego, una vez que le dio el premio a Lily, le robó todo el protagonismo, la lió mientras gritaba que no volvería a uno de estos jodidos eventos (palabras textuales). Parece que a Kate le gastaron una broma (o vete tú a saber qué le dijeron) que no le sentó del todo bien y salió por peteneras. Lo peor, es que una cámara lo captó todo… Fijaos en la cara de Lily… cuando las lías tú no te ríes ¿eh?
No contenta con fastidiar el momento a la Allen, hizo lo propio a este otro chico que mientrasa posaba para los medios con su premio, tuvo que pasar la otra y volver a pasar preguntando si alguien había visto su lápiz labios… WTF! Eso, eso, provoca, provoca…
Pero poproseros, no penséis que la cosa acabó ahí porque si cabía la podía liar más parda y así lo hizo. Presa de un momento de calentón, de subidón o de qué, a Kate Moss le dio por empezar a hacer un baile cuasierótico en una columna. Vamos que sólo le faltaba alguien metiéndole billetes en el tanga. Pero ojito, que toda tontorrona con los movimientos se empieza a quitar la chaqueta y como se le queda enganchada en una manga, opta por ir arrastrándola por el suelo... Sí, yo también doy gracias a que se le enganchase y no pudiese seguir quitándose ropa porque igual hasta la expulsan del Imperio Británico (no os perdáis el resto de fotos del bailecito).
No contenta con eso enseñó las bragas a todos los periodistas y mostró una de esas caras que muchos atribuiríamos a una noche de mucha juerga y excesos. Además consiguió que asistentes a la gala como Kelly Brook la mirase en plan “te falta un tornillo o te sobra algo más fuerte” y desde luego ser el centro de todos los comentarios. Todo un cuadro como mínimo de El Bosco.
Desde luego cuándo aprenderán…
Para que veáis que no todo fue Kate Moss y sus locuras fueron muchos más los asistentes a la gala, como siempre destacar a Jenson Button que acusió con su novia (a la cual cada día odio más) y a Mickey Rourke como otra joya de museo que fue acompañado de esa rubia de las fotos con la que se le ha visto en más de una ocasión.
En serio qué tendrán los premios GQ británicos para que todos los años se líe.
Vía | Daily Mail
Ver 19 comentarios