Virgen del abrigo de pana y del pulpillo de Calahorra lo que hay que ver un lunes cualquiera, lo que dan de sí los fines de semana. Y es que aquí no vamos a ser más papistas que el Papa, aquí quien más o quien menos sale un sábado y se toma alguna que otra copichuela, las cosas como son, pero como sabemos que las celebrities son una raza, no superior, sino distinta al resto de los mortales, ellos no beben una o dos copas. No. Ellos se beben hasta el agua de los floreros o de las cisternas si hace falta, o sino que se lo digan a Lily Allen.
Y es que este finde se ha celebrado un festival de música en Australia, el Big Day Out Festival, donde la inglesita cantó (o lo intentó). Luego, para celebrar pues qué menos que salir a celebrar, que si un calimochito, que si unas cervezuelas, que si... Vamos lo que se pilla. Y se acaba como se acaba, como un piojo en una peluquería de contento.
Lo más curioso es que a mi que me digan que semejante cara es por un golpe de calor porque había estado actuando a 32 grados, es que me da tanto la risa que me meo y no echo ni gota. Seamos francos tenía una borrachera de aupa, de esas que te dejan por los suelos directamente...
Si fuese la primera vez aún podríamos dudar, pero quién no recuerda aquellos premios Glamour, o los premios GQ... Menos mal que había dicho que lo dejaba.
Además añadid a todo eso la cara de "me escojono de la risa" que lleva el aseñor que la levanta, si hubiese sido algo más serio no llevaría esa sonrisa picarona. Y da gracias que todavía tienes personal assistant que te llevan a casa a dormirla, que sino te ibas a levantar con una tortícolis criminal.
Vía | Daily Mail
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