Si una boda de famosos es un berenjenal de aúpa, el divorcio no se queda atrás. Y más aún cuando estamos hablando de uno de los divorcios más rápidos de la farándula: el de Kim Kardashian y su ex, Kris Humphries. El asunto se había convertido en una bola de desperdicios descomunal, acusaciones de fraude, peticiones ante el juez y todo tipo de despropósitos por parte de él, que llevó fatal esta tomadura de pelo parejil. Pero parece que el sentido común ha hecho por fin acto de presencia. Eso, o un sobre ha cambiado de manos al más puro estilo Bárcenas...
Kris lleva meses en el juzgado con el tema del divorcio, intentando conseguir una anulación alegando que el matrimonio ha sido un fraude y que Kim lo engañó como a un chino. Pero el juez no lo ha terminado de ver claro, y después de muchos meses esperando una decisión, las partes han decidido llegar a un acuerdo entre ellas en lugar de seguir dando que hacer a la justicia.
Él tiene chungo llevarse un duro de Kim si no es de esta manera, porque firmó un acuerdo prematrimonial donde se estipulaba que en caso de divorcio se iría con lo puesto. Así que por un lado, lo de sacarle los cuartos a la Kardashian lo tiene jorobado. Pero parece que ella está dispuesta a aflojar el bolsillo aunque sólo sea para quitarse de encima a semejante mamotreto. Así que me parece a mí que antes de que acabe el año, ¡vemos boda entre Kim y Kanye!
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