Poproseros, esto es amor y lo demás tonterías, no se puede decir lo contrario. Y es que puede que a muchos os siga chirriando un poco el oído cuando oís hablar de la pareja formada por Blake Lively y Leonardo DiCaprio, no porque hagan mala pareja, sino porque no dejará de ser cuanto menos curiosa y más viendo los antecedentes del uno y otro (vale, igual sólo soy yo…). Pero la verdad sea dicha, aquí hay mucho feeling.
Los rumores dicen, comentan, que que la cosa se ha consolidado mucho y que DiCario estaría loco por irse a vivir con el bombón de Lively, vamos que se está poniendo muy seria. Pero lo que está claro, es que a ella como que la veo muy por la labor de poner toda la carne en el asador o sino a ver quién es la guapa que se cruza medio mundo para pasar simplemente un fin de semana con su novio. Sí, así ha sido.
El pasado finde fue el cumpleaños de Blake y ni corta ni perezosa, pasando de celebrar en familia, se pilló un vuelo a Australia para ver a su chico que se encuentra rodando por aquellos lares. Claro Leonardo encantado de la vida de tener por allí a su churri entre los canguros (toma topicazo…). Vamos que si eso no es amor, aquí ya no lo es nada. Sólo por el jet lag que te tiene que dar semejante paliza de avión, aquí hay que pensar que la cosa ya no es moco de pavo o un simple capricho pasajero. Ainsss, si es que me pongo tierna y todo…
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