Como el caballo de Espartero los tiene. Nuestra mejor cantante de soul británica, Amy Winehouse, faltó a su propia fiesta de cumpleaños, porque, atención al dato, se sentía demasiado fea.
Cumple 25 añitos. Organiza un sábado por la noche una fiesta de cumpleaños en un club londinense al que invita a todos sus amigos más íntimos y a su madre, que se encuentra enferma. Todos, con la mejor voluntad del mundo se presentan allí con la buena intención de cantarla el "Happy Birthday to you" y...eso. Que se quedan con las ganas. Porque al parecer, Amy cuando estaba a punto de salir de casa se miró al espejo de su vivienda, en el barrio londinense de Candem, y no la gustó como se encontraba. ¿Y por qué gastar tiempo en arreglarse? Nada, nada, no vamos a la fiesta y punto.
Según las amigas de la misma para el diario The Sun, Amy no dejaba de repetirlas que estaba demasiado fea y en un estado lamentable. Total que al final el cumpleaños se celebró pero eso sí, sin Amy. Lo de esta mujer es para darla de comer aparte.
Vía | Periodista Digital
Ver 6 comentarios