Cualquiera diría que en este mundo los grammys los regalan (que hay muchos que lo piensan, todo sea dicho…) porque hay que ver la frivolidad con la que los tratamos. Y si no que se lo digan a la propia Duffy, que nunca se imaginaría lo fácil que es perder un premio grammy a poco que te dejes una colilla del último piti que te has fumado, mal apagada. Vamos, que lo ha perdido en un incendio y todo porque priorizó a la hora de salvar los enseres y seres vivos de su apartamento.
Muchos dicen que es la propia Amy Winehouse la que le está lanzando un mal de ojo desde el más allá a la pobre Duffy. Que todos sabemos que siempre había vivido a su sombra y eso no le era de mucho agrado. Pero es que últimamente no está teniendo demasiada suerte a pesar de que su más cercana rival haya pasado a mejor vida: después del descomunal flop del segundo disco, ahora está preparando el tercero con vistas a superarse y cuando creíamos que podía levantar cabeza, se le quema la casa así sin avisar ni dar señales previas.
La cantante estaba en su lujoso apartamento de Londres, situado en un noveno piso con cine y piscina, lo típico que tenemos todos en nuestros pisos, cuando empezó a oler a chamusquina y se dio cuenta de que no se había dejado nada encendido en el horno. Duffy salió entonces asustada de su hogar con su perro y uno de sus gatos, porque al otro o no tenía más manos o no le caía muy bien, y se dejó el grammy encima de la tele. Y ya sabemos lo golosas que son las llamas con este tipo de premios ¿Tendrá seguro de incendios el premio?
Vía | Cromosoma X
Foto | Duffy en Facebook
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