No sé ni qué pensar. Tengo dos opciones a los rumores de embarazo de Kate Moss: o bien son ciertos, o la modelo ha engordado escandalosamente. Porque siendo francos hay cosas que no se pueden negar y esa barriguilla es ciertamente sospechosa a la par que la notable crecida del pecho, y más teniendo en cuenta que es de las más planas que ha pisado una pasarela. Claro, que por otra parte ¿quién no tiene una indigestión en fechas navideñas?
El caso es que estos días, Kate está pasando unos días de vacaciones en la playa con unos amigos y su hija y las alarmas han saltado sobre todo entre la prensa británica. Cierto es que en la misma imagen que se la ve con las prominencias de su cuerpo, se la ve fumando y bebiendo una cerveza, pero tampoco se puede decir que sea un ejemplo a seguir en cuanto a temas de salud se refiere.
El supuesto padre de la criatura sería Jamie Hince con el que la británica sale dese hace cosa de un año y con el que ha tenido todo tipo de idas y venidas, incluso lo dejaron hace unos meses aunque luego retomaron. La verdad es que no sé si esta es una buena o mala noticia, eso sí como vemos no se priva de nada y las fiestas con los amigos no las ha apartado. Los viejos hábitos no es fácil dejarlos a un lado.
Por ahora no ha habido ni confirmación ni desmentido a pesar que no es la primera vez que en estos días salta el rumos, al final será algo que acabe saltando a la vista tarde o temprano. Veremos a ver.
Vía | The Sun