Fíjate como será el haber interpretado hace dos años el papel de la Reina Madre, que ahora una recoge los frutos de la cosecha en forma de medallas y méritos, como es la vida de agradecida. Y si no que se lo digan a la mismísima Helena Bonham Carter que después de hacer sus pinitos reales en la gran pantalla gracias a "El discurso del rey", se ha encontrado acudiendo a palacio para recibir de mano de mismísima reina de Inglaterra la medalla de la Orden del Imperio Británico.
Eso sí, ya puede ser la reina quien le de la medalla que el mismísimo Papa con todo su séquito que a ella no hay quien la cambie. Porque si por algo es conocida, además de por ser un rato excéntrica, es porque en lo que se refiere a vestir Helena Bonham Carter no es que se diga una lumbreras. Y por supuesto para la ocasión no iba a ser diferente: traje de chaqueta y falda larga con estampado escocés y con un escote que no creo yo que a la reina le haya hecho mucha gracia.
Y no contenta con eso, durante todo el transcurso de la ceremonia se produjo un momento bastante feo cuando decidió que no le apetecía hablar con los periodistas que estaban cubriendo el evento y por mucho que le insistieron no hubo forma de que cediera. Que para mula tozuda está esta mujer y su carácter. Pero vamos, que a parte de eso ella muy en su línea y feliz y contenta de recibir semejante mérito, desde luego.
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