Ay Poproseros, que os lo tengo dicho. Que la que es guapa lo es con chándal, con vaqueros o con un Versace encima del cuerpo. Y Kate Middleton es de esas, de las que sin maquillar y después de haber tenido una noche loca con los gyn tonics, sigue pareciendo atractiva. Eso sí, si nos toca hablar del estilo, de lo difícil que es mantenerlo y de cómo ir siempre a la última, una pueda tener percha, pero sin pelas la verdad es que tampoco vamos a ningún lado.
Y eso mismo es lo que le ha pasado a Kate Middleton, que por muy de la realeza que seas, por mucha clase que tengas conjuntando trapitos de Zara y del Pull & Bear, o tienes un buen capital con el que invertir en diseñadores de renombre y vestidos ostentosos, o ya te digo yo que el título que ostenta (el de ser una de las personas de sangre azul con más estilo y clase junto con la prole de Mónaco) no lo mantiene tan fácilmente y se pierde a la primera de cambio.
Por eso, cuando nos hemos enterado de que casi 43.000 euros es la cifra que la mayor parte de las firmas y medios estiman como la adecuada para poder mantener el ritmo de vida que mantiene su armario… pues no nos hemos extrañado. Vale que algunos vestidos se los regalen, no lo dudo. Pero de ahí a gastarse solo unos cuantos billetes de veinte para poder ir a la última en todas las celebraciones… pues hay un señor paso que con dos dedos de frente que tengas, te das cuenta de que era inviable que se mantuviera como cierto.
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Vía | Trendencias
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