Reconozcámoslo, en el fondo Kim Kardashian nos da envidia, y no lo digo por su dinero, su fama o sus bienes materiales, sino porque no tiene reparos en ponerse cualquier cosa, no siente complejos de ningún tipo y da igual cómo sean los modelitos o cómo le sienten, ella va más chula que un ocho.
Claro, que las transparencias que nos ha lucido en su última aparición pública en la que no tenemos muy claro si va en plan comando o lleva algún tipo de sujetador, me ha dejado muerta. Pero claro, si encima le unimos una falda de esas en la que, estoy segura, se ha metido con calzador o tirándose desde la terraza del primer piso, y con una largura que sólo sienta bien a las altísimas y delgadísimas, pues apaga y vámonos. Lo que os digo, que Kim Kardashian no tiene complejos, ya podía yo aprender de ella...
Al final nos vamos a tener que hacer fans y todo de la filosofía de la familia, ya os lo digo... qué fuerte.
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