Nada, que no nos aburrimos de alfombras rojas y de galas señores, esto es un no parar y aquí un servidor está un poco hasta el moño de hacer reviews de trajes y photocalls. Menos mal que la de Sports Illustrated en el 50 aniversario de su especial de bañadores es algo más amena que el resto porque si en las otras alfombras rojas lo de llevar escote y enseñar cacha no se ve muy bien... aquí casi es parte del dress-code, que las modelos que allí se presentaron otra cosa no pero para lucir pecho tienen arte de sobra.
Claro que sí... la ocasión merece el llevar todo el escote que queramos y, para una vez que Heidi Klum puede hacerlo, va y se pone la cosa más discreta y ceñida que tenía en el armario para no mostrar absolutamente nada. Nena, no hay quien te entienda.
Tendría que haber aprendido un poco de Ireland Baldwin, la hija de Kim Basinger y Alec Baldwin que sí que se decidió a enseñar escote. Eso sí, me tiene fascinado eso de que tenga un pecho más grande que el otro.
La que mejor reflejó el estilo del dress-code de la fiesta fue Marisa Miller: en corto, con escote, muy ajustada y con brillos. Bien aprendida y enseñada, como tiene que ser.
El vestido horrible pero al menos no podemos echarle a Rebecca Romijn en cara que usase el escote para llamar la atención. Prefirió hacerlo con ese conjunto que no hay manera de cogerlo por ningún lado.
¡A dónde vas sin curvas Tyra Banks! Si es que con solo mirar ese vestido tan ajustado que lleva a uno le entran mareos... el vestido, igual de feo que el resto.
Nena, la gala era en corto, no sé por qué te me pones un vestido largo que dudo mucho que te deje respirar. Con una delantera como esa no sé como Kate Upton pudo moverse sin tener que pedir permiso al pasar entre la gente.
Petra Nemcova, sin duda la más acertada de la noche: guapa, de corto, enseñando algo de pechamen, con clase y muy sonriente. Vamos, todo un ejemplo a seguir por el resto de las horteras de sus compañeras.
Y para ir acabando Rachel Hunter, que fue otra de las que apostó por el largo y la verdad es que fue bastante elegante. De negro, con clase aunque... sin convencernos. Lo dicho, que estilísticamente dejaba mucho que desear pero ¡al menos vimos carnaza!
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