Seguro que muchos de vosotros os habéis planteado más de una vez, qué ha sido de esos personajes que a primera vista nos pasan desapercibidos porque los caracterizamos totalmente pero que luego resulta que tras kilos y kilos de maquillaje, se esconde una persona de carne y hueso por terrorífica que parezca. Ese es el caso de Linda Blair, que por el nombre puede que no os diga nada pero que es, nada más y nada menos, que la auténtica e inigualable niña de “El exorcista”.
Linda Denise Brisia Blair, que así es como sus padres decidieron bautizar a la niña, nació un 22 de enero de 1959 en San Luis, Misuri. Pocos la conoces con su verdadero rostro en su momento de auge cinematográfico, pues su éxito se debió al papel que le encomendaron de Regan MacNeil en la película El Exorcista. Ella era la niña que supo encontrarle al crucifijo usos que hasta ahora desconocíamos por completo.
Lo que a esta muchacha le pasaba es que era muy aficionada a los animales y a la equitación, así que aceptó el rol pensando poder así financiar sus planes de estudiar veterinaria. Y vaya que si le salió bien la jugada… porque la película se ha convertido en un clásico del cine de terror y dentro de la década de los 70 sin duda fue una de las mejores películas que las salas de cine vieron pasar por sus asientos. De hecho, Linda recibió una nominación al Oscar por la mejor actriz de reparto y el premio Globo de Oro a la mejor actriz de reparto de 1974.
Después de eso, obtuvo un papel en la película Aeropuerto 75 (1974) del género cinematográfico catástrofe y cumplidos los 15 años inició una relación sentimental con el cantante australiano Rick Springfield, con el que decidió aventurarse a esa temprana edad, en la historia de terror llamada “convivencia en el mismo piso”. Por supuesto, fracasó estrepitosamente.
Su carrera continuó principalmente en TV, actuando en roles de adolescente en conflicto, que llegaron a ser populares. Pero después protagonizó una secuela, Exorcista II: El Hereje (1977), que resultó un rotundo fracaso y de ahí todo fue en descenso hasta unos niveles que de verdad dan miedo. Comenzó a aumentar de peso y a ser rechazada por productores de Hollywood, lo cual limitó aún más sus posibilidades. Y claro, esas cosas hacen mella en la autoestima y se abandonó a los psicotrópicos para desestresarse. Total, que en diciembre de 1977, a los 18 años de edad, fue arrestada por posesión y distribución de cocaína y anfetamina.
Lo que viene ahora bien podría formar parte de una recopilación de clásicos a lo Lindsay Lohan: Recibió una condena con libertad condicional por 3 años, la obligación de aparecer en cortos de servicio público contra las drogas y seguir un programa de rehabilitación por 9 meses y posteriormente tuvo que ser internada en un hospital psiquitatrico por problemas de salud mental. Completito, vamos.
Ya la cosa se fue de madre y en la década de 1980 apareció posando desnuda en varias revistas subiditas de tono incluida Playboy en 1983 o Erkekçe, una revista turca. Como le gustó eso de enseñar las bubis a medio mundo y demostrar que a ella el demonio solo se le aparece cuando pierde ropa, le dieron unos cuantos papeles en películas en las que por supuesto, tenía que enseñar carnaza, y otros que apostaban por volver a posicionarla como la niña del exorcista que era: “Repossessed”, junto con Leslie Nielsen, que no es sino una parodia de la película original. Ahora mismo se ha dado cuenta de que lo suyo con el cine ha llegado a buen puerto y se dedica a la equitación. Eso sí, con otro nombre para que no la identifiquen.
Fotos | The LindaBlair WorldHeart Foundation, Imágenes de la película “El Exorcista”
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