Por que no a todo el mundo le gusta que sus hijos salgan como exclusivas en todas las portadas de la prensa rosa mundial, ni que hordas de paparazzi les cieguen con flashes y más flashes mientras llevan a su pequeño retoño de visita por la ciudad.
Es el caso de Nicole Kidman y su marido, el cantante Keith Urban. La pareja, que llegó el miercoles a Sidney después de que Nicole diera a luz en Los Angeles, pidió el jueves que les dejaran a ellos y a su pequeña, Sunday Rose, tranquilos ya que según palabras textuales de la actriz:
" Ella es pequeña, es como una muñeca. Sólo pedimos que no le saquen fotos de la cara porque se asusta mucho."
Y es que, al parecer, el hecho de que no hayan vendido fotos de la pequeña Sunday, aun siendo conscientes del interés que genera, ha hecho que los paparazzi les persigan a todos lados:
"Keith y yo estamos pidiendo a la prensa que nos dé algo de espacio para que podamos caminar por Sidney y mostrarle nuestra ciudad a nuestra hija"
dijo Nicole a la estación de radio 2Day FM de Sidney. Pero a pesar de todo eso, se les ilumina la cara cada vez que hablan de su bebe:
"Sunday se parece a Keith, aunque tiene el pelo de tono rojizo"
Urban por su parte comentó que el ser padre es algo que se escapa más allá de lo imaginable y que solo se puede explicar una vez que lo vives:
"Quienquiera que tenga hijos sabe que existe un sentimiento que sólo puedes experimentar cuando los tienes. Ella es asombrosa. No tengo ansias de salir de gira y tener que dejarla"
Esperemos que la pareja pueda disfrutar de unas merecidas vacaciones familiares junto a su hija sin el acoso constante de los paparazzi.
Vía | Swissinfo