En los espesos vericuetos de Hollywood han existido muchos casos de prometedoras estrellas infantiles que jamás lograron perpetuar su fama y su carrera cuando dejaron de ser niños. El caso de Macaulay Culkin es uno de esos ejemplos perfectos, ya que ese pequeño rubio de ojos azules y tierna sonrisa que comenzó como actor con tan sólo cuatro añitos, subió como la espuma, fue uno de los actores infantiles más taquilleros y adorados por la industria y por miles de fans, pero cuando la pelusilla de su bigote comenzó a asomar y su cuerpo sufría los cambios propios de la adolescencia, cayó en picado hasta casi desaparecer.
Hoy toca recordarlo porque el muchacho cumple nada menos que 28 años. Quién lo diría. Ya es todo un hombretón, aunque lamentablemente, de actor sólo le queda el pasado, su ficha en el Imdb y una ligera esperanza de recuperación.
A pesar de su precocidad profesional, fue con la famosa película 'Solo en casa' con la que alcanzó enormes cotas de popularidad. Ganó muchísimo dinero, porque además la cinta fue un exitazo de taquilla y tuvo sus posteriores secuelas. Y claro tanta fama y tanto dinero en un jovencito, sino tiene detrás a unos padres o tutores que sepan dosificar y guiar al retoño, pues la cosa se puede tocer.
Como así sucedió. Cuando cumplió catorce años, tras varios problemas con su custodia por parte de sus avariciosos padres, la cosa se truncó. Su padre, Kit Culkin, era su mánager, pero no logró que la carrera de su hijo continuase por el mismo camino. El muchacho, sin un apoyo apropiado, se descarrió. Algo, desgraciadamente habitual entre las jóvenes superestrellas. Así, Culkin se aproximó al oscuro mundo de las drogas, el alcohol y las adicciones que lo alienaran del pantanoso hundimiento que estaba sufriendo. De trabajar nada de nada y ello le llevó a ser detenido por posesión de drogas, abundantes antidepresivos sin receta y demás sustancias poco apropiadas para un joven. Además, con 18 se casó, como parte de esas experiencias vitales arriesgadas, para separarse en dos años más tarde.
Para colmo de males, el joven rubio frecuentó el famoso rancho 'Neverland' de Michael Jackson, y todos sabemos lo peliaguda que fue la abundante frecuencia de jovencitos junto al mítico músico. Incluso Macaulay tuvo que declarar en los tribunales por el turbio asunto de Jackson, aunque parece que nunca hubo abusos.
Como tras una gran caída siempre hay cabida a una recuperación, Culkin, allá por el año 2003 regresó al cine con la cinta 'Party Monster'. No es que fuera un título para salvarle definitivamente, pero sí al menos para otorgarle una nueva oportunidad de seguir trabajando como actor. Aunque claro la transformación fue notable. No sólo porque físicamente ya no era aquel pequeño niño angelical, apenas ya mantenía un ápice de esa dulzura y, por ello, en esta desconocida película encarna un desquiciado asesino (además de interpretar un tema de la banda sonora). Posteriormente ha prestado su voz para algún episodio de serie televisiva, y algún que otro título menor.
En la actualidad, Culkin sigue deambulando como actor de fama pasada, sin conseguir papeles brillantes en títulos sonados, pero seguro que si no vuelve a caer en el abismo, a lo mejor tiene suerte y vuelve a coger el tren de la fama y su carrera se recupera.
En cualquier caso le felicitamos.