Seguimos con la Alfombra Roja de los Oscar 2012. Después de haberle echado un ojo a los primeros looks que han pisado fuerte en esta noche (algunos más que pisar se han resbalado en ella), seguimos dándole caña a los vestidos de las celebrities: algunos aciertos que merecen aplausos y otros fracasos que espero se queden en el baúl de los recuerdos por mucho tiempo. Desde luego las hay que no tienen gusto ni aunque les paguen el vestido…
Antonio Banderas y Melanie Griffit… no sé por donde empezar a meter mano. Desde el tatuaje que la rubia luce en el brazo (que sí, que Angelina tiene muchos más pero a ella le quedan bien)…
… hasta los botines que me ha llevado Antonio con el esmoquin. Hay cosas que uno no perdona y estas es sin duda la más grande de todas. Primero la pajarita blanca en los Goyas y ahora me vienes con estas ¿es que no hay manera de que aciertes Antoñito?
Menos mal que aquí aparece Cameron Díaz para darnos a todos una alegría con este modelito. Un Gucci acompañado de unos zapatos Salvatore Ferragamo y todo ello regado con unas joyas de la mano de Tiffany & Co. Ahí donde la veis, el conjunto de la nena está valorado en un millón de dólares, así que como para que se le enganche en alguna puerta del coche cuando se vaya luego de fiesta.
Charlene Wittstock, que es verla la cara y se me quitan las ganas de seguir viviendo. Cualquiera diría que lo de estar casada con Alberto de Mónaco le hacía ilusión. Una cosa es que por protocolo no vayas por la vida pegando saltos gritando a voces, que estaría muy mal visto, y otra muy distinta es que cada vez que apareces en público den ganas de tirarse por un puente, mujer.
¿Ves? Tendrías que aprender de Colin Firth y su esposa Livia, que son otros que nunca decepcionan. Ella porque es más salá que las pesetas y él porque vaya como vaya, siempre le queda bien el traje (y eso que éste nos lo ha reciclado del año pasado, que lo se yo que para estas cosas tengo ojo). Vamos, que son de esas parejas que el uno con el otro son el complemento perfecto para una noche como esta.
Meryl Streep muy guapa como siempre pero creo que ese Lanvin, por muy tendencia oversized que sea, te queda un pelín como que grande, a lo bolsa de basura dorada. Eso sí, me da a mí que por mucho que se lo digáis no va hay manera de que esa expresión de felicidad máxima que le han puesto en la cara se le borre.
Le llega el turno a Natalie Portman y la cosa se complica porque la verdad es que con ella no puedo ser objetivo, lo reconozco. El Dior Haute Couture que me lleva ni me hace fú ni me hace fá. Le veo un poco sosete y eso de los lunares no sé yo que tal invento es en una alfombra roja como esta pero luego uno la ve de lejos y… le resulta casi imposible decir que la niña va fea ¿verdad?
Y para acabar y dando una lección de buen gusto (o al menos de que ha sabido escoger al estilista adecuado), Sarah Hyland, que seguro que más de uno la conoceréis por su papel en Modern Family (más que nada porque tampoco es que haya hecho mucho más) que ha pasado con más gloria que pena por la alfombra roja. Sencilla, acorde con su edad y elegante en su justa medida. Olé tú.
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Fotos | Gtres
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