Lo que tienen estas entregas de premios es que es un no parar de ponerse modelitos, porque no llega con ir a la gala de los Globos de Oro, sino que luego hay fiestorro, para los que estuvieron y para los que no pintan nada,... y os lo aseguro poproseros, que para ponerse lo que se ponen algunas en esas fiestas posteriores, mejor quedarse en casa que ir pá ná es tontería. Así que hoy toca un Fashionistas de la Semana algo víbora.
Las escasas excepciones
Dentro de los grandes misterios de la humanidad está desde ayer lo del pechugamen de Sarah Hyland. Si en la gala tenía toda la fruta en el expositor, aquí es ya todo de tamaño normal y desde mi humilde opinión parece una muñequita. Preciosa.
A ver, tomemos el modelo de Kate Beckinsale como algo totalmente autónomo de su cara, que no sé por qué extraña razón sale tan mal la chica con lo mona que es. ¿Que es un poco soso y como de hace dos años? Puede, pero va bien, ya veréis a qué me refiero.
Después de mucho pensar al final me gusta esto que lleva Selena Gómez, a pesar del exceso de brocado. Sí, lo mismo es por las odiosas comparaciones. Lo único que habría que cambiar, pues esa pose y quizás lo de peinarse un poco más, ¿no?
Va sosa, sí, es que Jaime King es sosilla, pero la elección de la sobriedad del blanco y el escote halter le han quedado perfectos. Es lánguida y blancurria, pero al igual que su Lemon Breeland va mona.
Qué necesidad había de ponerse esto…
Madre mía del amor hermoso… ¿qué le ha pasado a esta chica? El traje de Nina Dobrev está sacado del baile de promoción de ‘Grease’ y las sandalias de una boda gitana, y casi mejor no hablamos del moño choni poligonera. ¡Vuelve!
Lana del Rey nos tiene acostumbrados a espantajos, no me vayáis a negar la mayor ahora, pero lo de ayer superó cualquier cosa, que eso es la de tengo un montón de tela y no me voy a poner a cortar. Con un jersey peluchoso de H&M iba mejor, desde luego.
Hay quién se pasa de arreglada. No es cuestión de ir en pantalón vaquero, pero el pasarse con los brillis y los apretujes y echarte así de golpe 20 años encima parece que es lo que más le gusta a Vanessa Hudgens ultimamente. Chica, que aún eres juvenil.
A ver, el que convenció a Emma Roberts para ponerse todo esto junto es de los que le venden un aire acondicionado al dueño de un iglú. El vestido es feo, el pelo es de no me lo lavo y me hago esto en el taxi y los labios se los pintó pasando por un bache.
¡A la hoguera con Rachel Zoe! Sí, soy una radical violenta, pero el tono de autobronceador Deliplús, con las lentejuelas de Benidorm y las pulseras de los chinos hacen que no entienda que este espantajo sea la estilista de los famosos. Aunque entonces entendería lo de Emma Roberts.
Creo que en el caso de Amanda Peet lo que pasó fue que la avisaron a última hora y estaba de mudanzas en casa y cogió lo que no tenía metido en una caja, porque sino, salvo conmoción cerebral severa no hay explicación lógica a aparecer en una fiesta con eso. Ni para comprar el pan se baja así. No sé, o salvo que algún extraterrestre la convenciera.
Pues nada, esto es lo que ha dado de sí la fiesta de InStyle post-Globos de Oro. Miedo me da seguir investigando.
Fotos | GTres
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