Está muy bien eso de que Lindsay Lohan se crea que está sobria aunque es poco práctico la verdad, pero bueno, de ilusiones también vive el hombre y ella no iba a ser menos. Y lo digo no porque no me crea que haya dejado la bebida, que va, sino porque es la propia Lindsay la que se encarga de hacernos ver que lo suyo empinando el codo a llegado a otro nivel.
¿Otro nivel? ¿Ahora bebe de los maceteros? ¿Desayuna bizcochos mojados en ginebra? Pues ni idea de cómo se lo monta en la intimidad, no os voy a mentir, pero lo que sí que tengo claro, que me lo han dicho los de la revista Kode que fueron los que entrevistaron a Lindsay Lohan, es que cuando le sientan delante de un periodista para responder unas preguntas se siente más cómoda pegándole un par de tragos al vodka:
Cuando hablamos de Oprah, Lohan solo tenía palabras de admiración hacia la reina del talk-show "Ella me ha enseñado mucho y realmente cree en mí, nada que ver con Barbara Walters" confesó mientras le pegaba un sorbo a su botella destapada de cristal de Vodka con hielo. Desde ese momento, todas las cuestiones acerca de su sobriedad resultaron irrelevantes
Así es nuestra LiLo, ella pasa de pedir botellas de Evian y se pasa al Eristoff que eso ayuda mucho más que cinco yogures a hacer la digestión. Y todo a plena luz del día y sin musicote de fondo para ayudar a bajarlo. Yo ya tiro la toalla con ella, es imposible ayudar a alguien que no se quiere dejar ayudar la verdad.
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