Nuestro adorado Hugh Jackman no tiene que hacer más para que sigamos enamorados hasta las trancas de todo lo que hace, pero si se viene a San Sebastián a recoger un premio y además es el ídolo de masas más encantador que recuerdan en el lugar, pues mejor que mejor. Sonrisas por doquier, fotos y autógrafos a montones y agradecimiento eterno, así es nuestro hombretón.
Que te den un premio como el Donostia cuando aún te queda un porrón de carrera por delante tiene que ser un auténtico orgullo, pero es que en el caso de Hugh era doble, porque su santa esposa (esa señora odiada admirada por dormir con él cada noche) ya ganó una Concha de Plata en los 90, así que se deberían de ir planteando ponerles sus apellidos al Festival.
Pero es que lo más sorprendente de todo es que salió por la mañana, se dio un baño en La Concha, dos horas de bicicleta por la ciudad adelante, pasó por delante de la universidad, donde claro, los estudiantes de resaca de jueves ni se enteraron, ¡nadie se enteró! y encima se llevó un premio, vamos que se siente de allí mismo ya. Por cierto, que Diego Luna se podía haber peinado para presentarlo ¿no? que la ocasión bien lo merecía.
Vía | Festival de San Sebastián En Poprosa | Que no digo yo que no merezca descansar pero... ¡No desaparezcas todavía Hugh Jackman! En Poprosa | Hugh Jackman y su perilla protagonizan la portada The Hollywood Reporter
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