Ya sabéis que yo soy mucho de dar una de cal y una de arena. Si antes os traía a las más elegantes de la alfombra ahora toca hacer un repaso a las que tuvieron una mala noche, o un mal día al elegir los modelos, y los peinados y todo lo que rodea, así que preparados, que esta es la parte en las que nos ponemos criticones con los Globos de Oro 2014 y los desastres de vestidos.
¿Y a estas chicas qué les pasó?
En serio, a Heidi Klum le tiene que estar pasando algo en serio, porque si lo de los People Choice Awards fue horrendo, lo de ayer no fue menos: el escote, las transparencias a media pierna, las flores y el colgajo que llevaba al cuello. ¡Vuelve!
Con Sandra Bullock me van a caer palos por todos los lados, pero a mí , que mira que me gusta el corte del vestido, lo de los bolsillos y los colores me parece que fue una elección desastrosa. Ni le sentaba bien, ni estaba bien planchado...
Y lo de Julia Roberts tampoco convence digan lo que digan. Lo de la camisa por debajo como que no, y el cinturón de los chinos tampoco. Ni siquiera el moño. Una pena.
Con el cuerpo que tiene Uma Thurman y lo mona que va esta chica a veces este corpiño de pedrería mezclado con ese satén estampado fue un error en toda regla. Si hasta la hacía barrigona.
Un exceso, lo de Amber Heard fue un exceso (aunque ya veréis algo peor). Demasiada raja en la falda. Demasiado satén y demasiado volumen en la cabeza. Ahí puede anidar una familia de petirrojos.
No es que sea feo el vestido, pero es soso a más no poder. Desde luego Reese Witherspoon ni acertó con el color, ni con el estilo de vestido.
A algunas les sobraba tela por todas partes
Hablando de excesos está lo de las flores del vestido rojo de Berenice Bejo. Que no había necesidad chica, que ya sin ellas estaría bien, Giambattista Valli se emocionó con tanta cosa.
Pero para sobrar los volantes de Paula Patton. Os aseguro que eso da para hacer otro vestido de Stéphane Rolland e incluso una colcha para una cama de matrimonio.
Ay madre el modelo que se plantó Jacqueline Bisset: gasas, vuelos, pedrerías... todo un arg en toda regla que combinaba a la perfección con un no peinado hecho por su peor cepillo.
Este vestido de Robin Wright podría estar entre las mejor vestidas y me lo estuve pensando un montón, pero es que le sienta fatal y le favorece cero.
De la tienda de oportunidades del barrio. Si matarse mucho, es más, sin pedir vestido de noche, eso es la sensación que da el vestido de Jemima Kirke.
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