Lo del divorcio de los Cruise tiene toda la pinta de que va a acabar convirtiéndose en algo parecido al de la Kardashian: de las rupturas sentimentales más productivas del panorama mundial por la cantidad de pelas que se embolsan sacando trapos sucios, vendiendo exclusivas, dando bombazos de última hora y demás caprichos de la madre naturaleza y su prima doña amor. Y veréis como no ando muy equivocado.
Como ya os comentamos al respecto, hace solo unos días Katie Holmes presentaba la demanda de divorcio en un juzgado de Nueva York, tras cinco años casada con Tom Cruise alegando supuestamente a los medios que la principal causa de la separación era que diferían en cómo educar a Suri (¡Madre del amor bendito la que se le viene a esta pobre criatura encima…!)
Pero los problemas no han hecho más que empezar: Katie Holmes está más que segura que la Iglesia de la Cienciología está tras sus pasos, vigilándola a cada instante y controlando sus movimientos. Vamos, al más puro estilo de las películas de cine negro. Y eso a ella le afecta mucho, tanto, que ni puede pegar ojo por las noches. Curiosamente algo parecido le pasa a Tom Cruise, que tampoco puede pegar ojo y tiene que recurrir a especialistas aunque los suyo más que por ser perseguido es porque no termina de encajar que su Kate le haya dejado y que además, haya solicitado la custodia total de Suri. Un follón de mucho cuidado.
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Foto | Gtres
Vía | Rpp
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