El largirucho y ñarigon ilusionista americano de nombre dickensiano y famoso por su relación de varios años con la super-top alemana Claudia Schiffer (es decir, David Copperfield, que me voy por las ramas) se enfrenta, a sus 51 años, al mayor reto de su vida, mayor incluso que volar o hacer desaparecer la Estatua de la Libertad: ha sido acusado de violación por una señorita de Seattle.
Además, como el hecho sucedió fuera de las fronteras usamericanas (en Bahamas concretamente) ha sido el FBI el que ha sido designado al caso por lo que varios aspirantes a Mulder y Scully se pasaron por el almacén y el hotel que el mago posee en Las Vegas a recabar toda la información posible.
De momento no hay ningún cargo formal contra Copperfield por lo que, en un principio, podrá marcharse sin problemas en las próximas semanas al Sureste Asiático, donde va a presentar su nuevo espectáculo.
Vía | Gente y TV