que reconocer, queridos poproseros, que desde que Bruno Mars salió a la palestra hasta ahora mi interés y admiración por él han crecido como la espuma. El diminuto cantante cada vez se hace con más parte de la luz del foco y es que, no nos vamos a engañar, de talento va sobrado. Me asombra que, por más que uno quiere contaros historias y desventuras amorosas sobre Bruno, no es tan fácil acceder a ese apartado privado. Las portadas se revistas se lo rifan y, a fin de cuentas, solo habla de sus procesos creativos y de lo mucho que admira a Michael Jackson y a Elvis Presley.
Su novia se llama Jessica Caban y es una explosiva bailarina de Nueva York. ¿Quién sabe si dentro de poco el señorito Mars no se convertirá en todo un sex symbol y nos empezamos a interesar todos por sus amoríos y desamoríos?
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