Mientras media España se debate entre la vida y la muerte intentando hacer frente a la ola de gripe que nos azota a todos (yo llevo dos días sin salir de la cama...) las hay como Katy Perry que no solo pasan del frío sino que además se despelotan y enseñan cacha para subirnos la temperatura al resto de los mortales, que ya sabemos que las facturas de gas en estos meses son un tormento y estas cosas quieras que no nunca están de más.
Porque no me podéis negar que tiene unas señoras bubas aquí la amiga Katy Perry y los de la revista GQ para su número de febrero se han encargado de dejarlo claro. Y para ser sinceros, en parte son fruto de la genética, que al parecer ha sido bastante agraciada con ella y en parte gracias a intervención divina, que ella le pidió a Dios muy fuerte que le crecieran y... contemplad el resultado:
Estaba tumbada una noche en mi cama y me miré a los pies y recé a Dios. Le dije, Dios, podrías permitirme tener unos pechos tan grandes que no pueda ver mis pies cuando estoy tumbada? Y dios escuchó mis plegarias. No tenía ni idea de que al final pudieran caerse en mis axilas
Y no, para todas las maricas malas que piensan que está operada, también ha querido dejar bien claro que todo lo que ella se gasta en ese cuerpo serrano suyo es 100% natural. Un poco de intervención divina pero eso sí que está permitido.
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