Ser celebritie tiene sus "más" y sus "menos". Quizás de los "menos" que más dolores de cabeza les traen a nuestras famosas preferidas, es el cargar con la responsabilidad en sus espaldas de ser personajes públicos y de que todos y cada uno de los movimientos que hacen están bajo continua vigilancia. Eso y las responsabilidades de llevar a veces pedrolos que valen más que ellos colgados al cuello, que aunque no lo creáis, tiene que estresar un montón.
El ejemplo más claro ha sido Charlize Theron. Guapa iba un rato y nos dio a todos una lección sobre cómo llevar un escote de vértigo y no morir en el intento. Sin embargo, la gran joya de la noche fue el collar que se puso que, por mucho que quisieras, era totalmente imposible no fijarse en él y sentirse como hipnotizado con el pedazo diamante que llevaba encima.
Un espectacular diamante en forma de lágrima diseñado por Harry Winston, valorado en nada más y nada menos que 11,2 millones de euros. Una de esas joyas que uno piensa en pegarse un tiro ipso facto como se le caiga en mitad del teatro y no sea capaz de encontrarla pero que algunas como Charlize Theron pueden lucir sin problema y seguir sonriendo sin miedo a tener que hipotecarse hasta las uñas como le pase algo ¿Estarán acostumbradas a este tipo de situaciones? ¿Estarán hechos de otra pasta? Nunca lo sabremos...
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