Serán muchos los que ahora digan aquello de 'a todo cerdo le llega su San Martín'. Y sí, el dicho tiene su sentido, pero es difícilmente aplicable a lo sucedido con Rubiales y el beso "no consentido" a Jenni Hermoso. Aquel pico tan juzgado por todos, el mismo que todavía no ha sido denunciado por la propia capitana del equipo, está a punto de costarle el puesto a Luis, el presidente de la Federación.
Parece evidente que aquel beso no estuvo bien, o al menos así lo ha considerado gran parte de la sociedad. El rechazo hacia Luis en redes es más que obvio y la clase política se ha unido al escarnio público. Desde el Gobierno central exigieron el perdón de Rubiales y desde la derecha aprovechan para enfangarlo todo un poco más. El 'beso maldito' se ha convertido en un arma política y el herido de muerte tiene nombre y apellido: Luis Rubiales.
"Todos hemos de ser especialmente cuidadosos en nuestras actitudes y en nuestras acciones. Creo que es inaceptable besar en los labios a una jugadora para felicitarla y, tal como lo he visto, porque no lo vi en directo, sino que lo he visto después en las redes, hay que decirlo", comentaba Iceta.
Un paso más allá ha ido Yolanda Díaz, que pide la destitución inmediata: "Seguimos pidiendo la dimisión. Ha vejado y agredido a una mujer. Su excusas no sirven en absoluto. Pedimos el cumplimiento de la Ley del Deporte", sentenciaba. Horas más tarde, sus deseos se hacían realidad: Rubiales ha sido denunciado ante el Consejo Superior de Deportes.
Tal y como publica Informalia, Miguel Galán, director del centro de formación para entrenadores CENAFE, ha sido el encargado de presentar la denuncia. Se ha producido este lunes, 21 de agosto, ante el CSD "por incumplimiento de la Ley 39/2022 del Deporte por el acto sexista del beso en la boca de Rubiales hacia la jugadora de fútbol Jennifer Hermoso".
El protocolo contra la violencia sexual de la propia Federación Española de Fútbol recoge de forma expresa "besar en la boca a la fuerza", y eso es lo que, a ojos de muchos, hizo Luis.