Telita marinera con Francisco Nicolás, el chaval que logró llevar una vidorra de lujo a base de codearse con las altas esferas. Su situación legal es complicada hasta decir basta, pero después de haber compartido varias horas de su vida con los políticos más reconocidos del país, el muchacho no le teme a nada. Hace dos meses fue condenado a tres años de cárcel por usurpación de funciones públicas, y ayer, decidió salir de copas para celebrar no sabemos muy bien qué.
Desde luego, lo del Pequeño Nicolás es de traca final. El pasado mes de julio, un juez le condenó a tres años de cárcel por haberse hecho pasar por un cargo relacionado con la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real en su viaje a Ribadeo (Lugo). Y atención, porque esta no es la única condena acumula el joven.
En 2012, fue condenado a un año y nueve meses por falsificar un DNI para que un amigo hiciese la selectividad por él. Anda que no es listo ni ná el chavalín. Pero la cosa no que aquí. A los problemas legales que tiene Francisco hay que sumar las peleas en las que, por misterios de la vida, se ve envuelto cada vez que sale. La última fue en Marbella, donde se peleó con el segurata de un concierto y terminó con la cara como un mapa.
Pues bien, por increíble que parezca, el Pequeño Nicolás ha conseguido relativizar su situación legal hasta el punto de irse de copas con sus colegas. Ayer, domingo 26 de septiembre, el muchacho pasó la tarde en el restaurante 'Makkila', situado en uno de los barrios más caros de la capital. Allí estuvo con dos colegas tomado copas hasta aproximadamente las 19:00, cuando se levantó de su silla y, atención, pagó el total de la cuenta.
No sabemos si sus 'amiguis' le hicieron bizum más tarde, pero fue el Pequeño Nicolás quien sacó su cartera y pagó el total de la cuenta con efectivo. ¿Quién paga en efectivo hoy en día? Ejem, ejem, aquí huele chamusquina desde lejos. En cualquier caso, nos alegramos de que esta vez el muchacho no se haya metido en ninguna movida. ¡Venga Nico, una y pa' casa!