"Últimamente no soy muy amigo de la suerte", decía hace poco Juan José Ballesta en un reportaje para el periódico 'El País'. Cuyo titular, por cierto, no le sentó nada bien. Hace quince días abandonaba el plató de 'MasterChef Celebrity', el programa que le había devuelto a las pantallas y con el que se volvió a ganar el corazoncito del público, asegurando en su despedida que se había sentido "tan querido aquí como en ningún programa".
Ahora la revista 'Lecturas' publica una entrevista en la que Juanjo, de 33 años, asegura que, al trabajar, trabaja como nadie y donde sea necesario: "Trabajo igual, ya sea en el cine, poner clavos o encofrar con mi padre".
Pero, sin duda, unas de las declaraciones más sorprendentes de la entrevista es la que Ballesta hace sobre su infancia. Nunca ha ocultado su hiperactividad, pero ahora ha contado cómo la enfermedad le llegó a afectar siendo pequeño: "Le decían a mi madre que iba a perder la cabeza porque era muy nervioso, que me medicase".
Fue entonces cuando, durante uno de esos ataques, sufrió un infarto en el fémur. Este tipo de infarto se trata de una insuficiencia del riego sanguíneo en algunas zonas de los huesos, que derivó en que tuviera que estar en silla de ruedas: "Me operaron y me quedé paralítico dos años".
Cuenta a la revista que, gracias a rehabilitación, trabajo y entrenamiento, consiguió recuperarse y volver a caminar. Aun así, sí que le han quedado algunas secuelas de entonces, sobre todo cuando se producen cambios de tiempo: "Cuando llueve no puedo ni andar".
Como otras personas que también padecen el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, Juan José ve en el deporte una de las salidas: "Entrenar es importante para estar sano y bien de la cabeza", acaba explicando.
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