Pese al espléndido momento personal y profesional que está viviendo Lara Álvarez a día de hoy, ha habido momentos en los que tuvo que recurrir a ayuda psicológica. La pérdida de su abuela fue el principal motivo que la llevó a acudir a terapia. La presentadora de sonrisa perenne ha decidido compartir con Lecturas el duro duelo que tuvo que pasar y así visualizar la importancia de la atención psicológica.
Nieta y abuela eran muy queridas en su barrio de Gijón donde la última regentaba una floristería. De ahí que Lara recibiera el apodo de 'la nieta de la Orquídea' que la ha acompañado durante toda su niñez. En homenaje, la cara bonita de los realities lleva tatuada esa flor en su nuca.
Vivir con su ausencia ha llevado a la polifacética presentadora a pedir ayuda: "No iba por el camino adecuado". Reconoce que la pérdida ha sido más difícil de afrontar de lo que esperaba y en un momento dado, no supo gestionarlo: "Fue algo más vinculado a lo emocional y al desbarajuste que me supuso".
Fiel defensora de la salud mental, reconoce que ponerse en manos de un especialista a tiempo, es una victoria: "Yo soy pro terapia, pro ayuda y pro autoconocimiento". Y es que lo que la gijonense diga, va a misa porque nos quedan mil y un programas donde su sonrisa va a capitanear nuestras pantallas: "Me ayudó en un momento de mi vida a centrarme, a cambiar, a saber quién era, y hacia dónde quería ir".