Después de haber hecho lo propio con la versión italiana, vestido con un traje oscuro y chaqueta extralarga Javier Bardem, nuestro actor más internacional, ha protagonizado la portada de la revista GQ (esta vez la edición de Reino Unido) del mes de octubre. Y no sólo vamos a comentar que sale mucho más guapo que en la anterior, porque eso es así, sino que además vamos a contar un pequeño secretillo sobre ciertas partes del cuerpo que Javier Bardem no puede ni ver.
Porque sí, ahí donde le veis un tío seguro de si mismo, con las cosas muy claras y mucha historia y experiencia a sus espaldas, un hombre al que nada le amedrenta y al que nada atemoriza… a día de hoy por ejemplo no es capaz de ver sus películas después de rodarlas. Menudo chasco, ¿verdad?:
Que me guste interpretar a distintos personajes, no significa que me guste verlos después en la pantalla. Incluso cuando estoy trabajando, no puedo ver mi nariz, ni escuchar mi voz
¿Su nariz? Pues sí señores, es una de la partes que más le acomplejan y una de las que más le cuesta ver cuando pone la televisión y la Pé le dice de hacer un remember y echarse unas risas viendo como trabajan juntos. Y muchos pensaréis ¿por qué no se la opera? Si no le gusta, que se la retoque y santas pascuas. Pues la verdad es que me gustaría dar una explicación a ese misterio de la vida… pero no la tengo. Igual está en contra de la cirugía plástica o a lo mejor lo que pasa es que si se la opera sería un canteo y todo el mundo estaría hablando de ellos durante meses. Sea como sea, es un asunto difícil de narices…
Vía y foto | GQ
En Poprosa | Javier Bardem, serio a la par que elegante, vuelve a ser chico de portada
En Poprosa | Javier Bardem, ese villano rubio y hortera
Ver 2 comentarios