En una entrevista al diario "El País", Alejandro Sanz ha confesado encontrarse en un país suramericano (sin especificar cual) curándose (sin especificar de qué). El caso es que tras la repentina interrupción de su gira mundial, el pasado mes de mayo, se le diagnosticó estrés. En uno de los conciertos en México, según confiesa sufrió "un yuyu que me asustó, nunca me había pasado".
Al parecer la terapia (sin especificar de qué tipo) le ocupa doce horas diarias, desde hacer deporte a charlas con psicólogos, buscando el sosiego de la lectura y la música relajante.
Alejandro insiste que su agotamiento psíquico no se debía tanto al ritmo trepidante de la gira, sino más bien a una "carga interior": el descubrimiento público del hijo nacido en una relación extramatrimonial, la separación, el supuesto chantaje de su mayordomo... Una sucesión de acontecimientos que le pusieron en la picota.
Ya recuperado, y a la espera de retomar el directo el próximo 4 de agosto, Alejandro Sanz reconoce que quiere ahuyentar fantasmas, escuchar música clásica en la intimidad y, sobre todo, cuidarse, dejar las fiestas tras los conciertos.
Parece que Alejandro ha tenido que ver las orejas al lobo para afrontar la vida desde otra perspectiva, bajar las revoluciones y cuidarse. Sus miles de fans lo esperan sano y salvo en su gira española.
Vía | El País
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