Te decimos nosotros que Charles Dickens llega a conocer en su momento a Isabel Pantoja y a día de hoy no habría ni rastro del señor Srooge. ¿Por qué? Porque el escritor se hubiera lanzado a plasmar las vivencias de nuestra Isabel. Que sí, que hubiera sido una pérdida para la humanidad el no tener el 'Cuento de Navidad' (a ver qué función iban a representar en los colegios). Pero que Dickens hubiese escrito el historial de la Pantoja sería, sin duda, una enorme ganancia para el mundo del salseo.
Pero como Dickens no pudo cumplir nuestras fantasías (más que nada porque el pobre lleva unos cuantos añitos muertos y no estamos dispuestos a estas alturas a ponernos a hacer una ouija), nosotros venimos aquí a escribir esa historia que tanto nos hubiera encantado leer: bienvenidos al 'Cuento de Navidad de la Pantoja'.
Los fantasmas del pasado: Julián Muñoz
Todas las personas tenemos fantasmas del pasado, pero es que la Pantoja tiene más cola que las que se forman en las puertas de El Corte Inglés el primer día de rebajas.
Puede que uno de los fantasmas que esté en la cabecilla sea uno que va con tirantes, bigotillo y los pantalones ajustados a la altura de los sobacos. Efectivamente, hablamos del Torrente con billetes: Julián Muñoz.
"Fue un calentón". Así definió Muñoz su relación con la cantante en el programa de 'Lazos de sangre' que le dedicaron en 2019. "En el transcurrir de la vida uno se puede arrepentir. De mi relación con Isabel Pantoja ahora mismo sí me arrepiento", añadió.
¿Además de fantasma un poco faltón? Puede ser, que en el cielo hay de todo. Su relación se hizo pública en 2003, cuando Julián era alcalde de Marbella. Un "calentón" que acabó con la Pantoja en la cárcel por blanquear el dinero que el Muñoz se metía en los fajines, mezclándolo con las ganancias "procedentes de actividades profesionales y mercantiles lícitas de Pantoja", como sentenció la Audiencia Provincial de Málaga, añadiendo que "ambos pretendían disfrutar en beneficio propio" de este blanqueo.
En 2009 rompieron su relación, en 2014 entró en la cárcel y en 2016 se le acabó concediendo la libertad. Pero después no todo iba a ser un caminito de rosas...
Los fantasmas del presente: Los Rivera
Si fuéramos o fuésemos amigos de la Pantoja, le recomendaríamos que este año no se tomara las uvas. Que viendo la suerte que lleva, igual una se le va a quedar doblada en la garganta y la vamos a liar...
Porque el final de este 2020 no está siendo muy dicharachero para ella que digamos. Eso sí, nos ha dado horas y horas y horas (y más horas) de diversión y desenfreno entre tantas declaraciones. Que ver a Kiko Rivera lleno de papeles en 'Cantora: La herencia envenenada' no está pagado con nada.
Nos da la sensación de que esta Nochebuena nuestra Pantoja no va a tener compañía ni por Skype. Todos los Rivera se han puesto en su contra al esconder los objetos personales de Paquirri que debería haber repartido. Pero ella es así, muy suya, que le cuesta deshacerse de las cosas. A ver si le vamos a tener que pedir a los Reyes Magos que le traigan el libro de la Marie Kondo.
Los fantasmas del futuro: Qué será, será...
No sabemos qué futuro vemos más nebuloso, si el de Isa Pantoja como abogada (recordemos que está estudiando Derecho) o el de su madre. Porque de la Pantoja mayor todavía quedan muchas cosas por cerrar, muchas declaraciones por dar y mucho salseo por cubrir.
Por su parte, a principios de diciembre la abogada de la Pantoja (la de verdad, no la hija) aseguraba que este (el de las pertenencias de Paquirri) era un caso que ya había prescrito, mientras que el abogado de los Rivera aseguró posteriormente que "prescribe a los 30 años" y, por tanto, "sigue habiendo caso".
Él mismo, el abogado de Francisco y Cayetano, Joaquín Moeckel, el fantasmas de las navidades futuras, incluso apeló a que Isabel se quitara la máscara del señor Scrooge: "Sigo creyendo absolutamente en la buena fe de Isabel Pantoja y en el espíritu de Navidad", aseguraba a 'Europa Press'.
El pasado lunes, en la entrevista que Fran hizo a Cayetano en 'Espejo Público' en calidad de Risto Mejide, Fran recordaba: "Los delitos pueden prescribir, pero la maldad no. Hay un hecho irrefutable que es que las cosas de mi padre están en un sitio y en posesión de alguien que no debería".
¿Aparecerán las pertenencias bajo el árbol de Navidad? ¿Las traerá Papá Noel en el saco? ¿Se excusará Isabel en que las llevaba de camino pero Rodolfo el Reno las ha acabado mordiendo? Lo que sabemos hasta el momento es que la Pantoja se está ganando todos los puntos para encontrarse un buen saquito de carbón...
Fotos | GTRES